¡Pero si el cuarto dedo es débil! El mito de la independencia de los dedos (por Benjamin Steinhardt)
Hace poco tuve una nueva estudiante adulta en mis clases que quería aprender «Clair de Lune» de Debussy. Yo enseño esa pieza a menudo y tengo una copia con las digitaciones. Ella se horrorizó al verla porque mis digitaciones requerirían el uso del cuarto dedo. –¡Pero si el cuarto dedo es débil!
De algún modo, esta alumna había conseguido llegar hasta el nivel de repertorio intermedio-tardío evitando el uso de este dedo. ¿Por qué tenía tanto miedo de su cuarto dedo? El mito de la «independencia de los dedos».
¿Qué es la independencia de los dedos?
La independencia de los dedos es la creencia de que cada uno de los dedos puede ser entrenado para ser igualmente «fuerte» mediante la aplicación de ejercicios musculares repetitivos. Generalmente se recetan grandes cantidades de Hanon y otros estudios.
El término se utiliza con tanta frecuencia en los métodos de piano que cuando, hace una década, leí un artículo sobre la “interdependencia”, mi cerebro inmediatamente lo autocorrigió a «independencia» y estuve confundido hasta que, a mitad del artículo, me di cuenta de mi error.
La estructura de nuestra mano es milagrosa. En su libro, «La mano«, Frank R. Wilson sostiene que el desarrollo evolutivo de la mano es lo que nos separa de otros primates y que es responsable de hacernos humanos. Describe cómo los escaladores utilizan sus manos para habilidades motoras gruesas y los joyeros las utilizan para habilidades motoras finas. Pero gran parte de su enfoque se centra en los músicos, ya que nosotros representamos el pináculo de la coordinación motora fina.
Los dedos fuertes
Nuestros dedos no tienen músculos. Son los músculos del antebrazo que conectan con los tendones los responsables de la extensión y la flexión de los dedos (estirar y encorvar). Los flexores van por la parte inferior del brazo (palmar), y los extensores por la parte superior (dorsal). Los músculos intrínsecos de la mano también juegan un papel importante. Los estudios sobre la fuerza de agarre muestran que el 2 º y 4 º dedos son similares en su capacidad de agarre, pero a pesar de ello se experimenta una desventaja mecánica cuando se trata de utilizar el cuarto dedo en el piano. Esto se debe a que al tocar necesitamos, no solo flexionar sino también levantar los dedos.
Si haces un puño, podrás ver que todos los dedos se flexionan sin restricción. Esto se debe a que los flexores están unidos a la mano del mismo modo.
Sin embargo, si colocas los dedos sobre la tapa del piano e intentas levantarlos independientemente, verás que el segundo dedo puede levantarse con suficiente facilidad, el tercero y quinto menos, y el cuarto dedo apenas se levanta.
Esto se debe a la forma en que los tendones responsables de la extensión están conectados a la mano.
Una breve (y espero que indolora) lección de anatomía
El músculo que es principalmente responsable de la extensión es el extensor común de los dedos. Puedes sentirlo funcionar si levantas los dedos y tocas la parte superior del antebrazo. Pasa a través de la muñeca y luego se divide en tres ramas.
La primera rama se une al segundo dedo.
La segunda rama se une al tercer dedo.
La tercera rama se conecta al cuarto dedo.
El quinto dedo no tiene una rama propia, pero sí tiene su propio tendón extensor (extensor digiti minimi).
Todo esto está bien hasta que observamos que hay conexiones entre los dedos 3, 4 y 5. Esto limita enormemente la capacidad del cuarto dedo para levantarse por sí mismo. Los dedos tercero y quinto pueden levantarse mejor que el cuarto pero no tan fácilmente como el segundo.
Esto causa tanta frustración en los pianistas que, como sabemos, muchos han llegado a tomar medidas extremas incluyendo la práctica de estudios dolorosos, el uso de pesas en los dedos, e incluso el someterse a una cirugía para cortar estas conexiones. Aunque hay otras teorías sobre la causa de las dolencias de Robert Schumann, la historia cuenta que él mismo creó un dispositivo para «fortalecer» su cuarto dedo que lesionó su mano hasta el punto en que ya no pudo tocar más.
Ejercicios de “notas tenidas” (para la independencia de dedos):
Debido a la falta de comprensión de nuestra fisiología, los maestros suelen asignar ejercicios de «notas tenidas» con la esperanza de que los dedos puedan igualarse por medio de una intensa repetición. En estos ejercicios los dedos se mantienen bajados mientras un dedo se levanta lo más alto posible de manera aislada.
Los músculos del antebrazo están diseñados en pares, de modo que cuando un músculo se contrae su opuesto se libera y se alarga. Al usar los flexores y extensores al mismo tiempo se produce una contracción simultánea de músculos agonistas y antagonistas, causando tensión. El peso de la mano está abajo (en las teclas), pero un dedo debe tirar hacia arriba contra este peso. Este tipo de “ejercicios” afectan particularmente al cuarto dedo, ya que debe llegar hasta el rango extremo de su movimiento. Como resultado, estos «ejercicios» son una causa común de lesión entre los pianistas.
La creencia errónea es que la técnica virtuosa es el resultado de muchas horas dedicadas a ejercitar músculos como si tocar el piano fuera una actividad motora gruesa, como el deporte o la escalada. Sin embargo, tenemos niños prodigios que pueden tocar con la velocidad y solidez de un adulto. Esto se debe a que la técnica virtuosa no es el resultado de la ejercitación muscular, sino de la coordinación.
Si los ejercicios de «independencia» y «fortalecimiento» no son la solución, entonces ¿cuál es?
A pesar de estas limitaciones muchos pianistas han logrado tocar con destreza y facilidad incluso con 90 años o más, sin dolor o fatiga. La solución está en trabajar a favor, en lugar de en contra del diseño biomecánico del cuerpo.
- Tocar hacia abajo: Lo primero que se debe reconocer es que el teclado está por debajo, no por encima de la mano. Los dedos sólo necesitan levantarse lo bastante como para hacer descender la tecla.
- Levantar todos los dedos disponibles: Cuando los dedos que no tocan se levantan juntos como una unidad, todos se levantantan en el mismo grado y altura sin esfuerzo.
Por ejemplo, si estoy tocando legato con los dedos 2 y 3 levantaré no sólo el tercer dedo, sino también el cuarto y el quinto. En mis clases con la Dra. Teresa Dybvig ella me pregunta regularmente si todos los dedos se están levantando y cayendo al mismo tiempo. Ninguno tiene que quedarse atrás.
- El uso del antebrazo: Cuando el antebrazo está equilibrado detrás de cada dedo, todos se sienten igualmente fuertes. En lugar de depender de los dedos para hacer descender la tecla por sí mismos, el peso y la velocidad del antebrazo son la causa de este descenso.
- La rotación del antebrazo: Como dijo por primera vez por Tobias Matthay, y que más tarde fue ampliado en gran medida por Dorothy Taubman, la rotación del antebrazo desde la articulación del codo hace posible levantar los dedos por encima del nivel de las teclas sin ni siquiera involucrar el movimiento de los dedos.
Cuando los dedos se levantan y caen de manera activa junto con la rotación del antebrazo, se puede obtener una altura considerable sin tensión o la necesidad de extender los nudillos.
Es gracias al dominio de la coordinación e interdependencia de nuestros movimientos al tocar que podemos alcanzar las mayores cotas de virtuosismo.
(Traducido del artículo “But my fourth finger is weak”- the myth of finger independence).
Gracias Marina por dar a conocer en castellano este artículo. Me parece muy interesante la idea de dejar atrás la búsqueda de la independencia de los dedos cambiándola por toda una serie de recursos que poseemos de manera natural.
Pues si Juan, es todo un cambio de mentalidad, y de “corporalidad” también.
Muy interesante. Gracias por la traducción. Un saludo 🙂
Un placer Rocío. Gracias a ti por leerlo y comentar.
Muchas gracias Marina, es muy, muy interesante todo lo que publicás. Vivo en Buenos Aires, Argentina y estoy buscando docentes que estén formados y enseñen desde el enfoque Taubman; tenés alguna información al respecto? Gracias nuevamente! Un placer estar suscipta a tu blogg!!
Muchas gracias Daniela. En la página web del Golandsky Institue (https://golandskyinstitute.org/teachers/) puedes encontrar una lista de sus profesores miembros, asociados y certificados. Otra institución dedicada a la difusión del trabajo de Dorothy Taubman es el Taubman Seminar (http://www.taubmanseminar.com/ ) y el Keyboard Wellness Seminar (https://www.keyboardwellnessseminar.com/) donde puedes encontrar excelentes profesores. Otra institución que recomiendo peronalmente es The Well-Balanced Pianist (http://www.wellbalancedpianist.com/) con la Dr Teresa Dybvig como representante. Otros profesores que conozco y que enseñan bajo este enfoque son Benjamin Steinhardt, el autor de este artículo (http://benjaminsteinhardt.com/) y Neil Stannard (http://www.pianoteacherlosangeles.com/). ¡Mucha suerte!
Hanon no es malo ni bueno, pero valla en mi opinion si es necesario al inciar los primeros 3 años
Hanon nunca dice que la fuerza es muscular, y acaso el flexor no es un MUSCULO??
Cierto los dedos no tienen musculos como tal pero la fuerza viene del musculo, sino colgarse de una barra en un principante le costaria trabajo por los ligamentos de la muñeca y obvio musculos del brazo
yo veo bien el articulo, pero satanizar hanon es totalmente malo, asi como decir que no se puede adquirir fuerza y coordinacion neurologica por repeticion de patrones
Disculpen los errores ortograficos como el valla, jaja
Si la musculatura tiene poco que decir en el virtuosismo te propongo un reto: mete la mano en agua congelada durante unos pocos minutos y toca después el estudio 11 Opus 25 de Chopin.
No creo que puedas llegar muy lejos.
La ultima parte no me quedó muy clara, ¿Cómo logras tocar rápido y legato si tienes que levantar todos los dedos? Si, se entiende que la solución no es forzar la mano, pero ¿Cómo se aplica eso si quieres tocar algunas obras de Bach a 4 voces? No queda de otra que tocar con los dedos aislados y para lograr hacerlo bien se tiene que practicar, y para eso existen esos ejercicios. Yo creo que también es bueno pensar que la técnica es algo muy personal e individual, que siempre tiene que estar en constante evolución, buscando la forma de cada vez sentirnos mas cómodos al tocar. Es muy difícil llegar a una conclusión y llegar a la técnica perfecta que le sirva a cualquier pianista.